Hoy en Colchonería Cuesta hablamos sobre la historia de nuestros productos, en concreto, sobre la historia del colchón. Hace falta remontarse hasta nuestros antepasados primitivos, que dormían en lechos formados con hojas secas, pieles de animales o cualquier material que acolchara un poco el duro suelo.
Los inicios de lo que llamamos colchón como tal, eran un poco más sofisticados que los anteriores, pero requerían de tratamiento prácticamente diario para ventilarlo y evitar la permanencia de insectos. Los griegos y los romanos inventaron colchones más sofisticados compuesto de plumas sobre somieres de madera. Los romanos inventaron las camas de agua.
En el siglo XVII se produce un avance enorme en la fabricación de los colchones en Reino Unido: los colchones de muelles. Sin embargo, hasta el siglo XX los colchones más populares en Europa fueron los de lana, con un tratamiento especial por parte de los colchoneros, que iban casa por casa aireando y removiendo la lana.
En la década de 1850, se comenzaron a fabricar de forma artesanal colchones de muelles. 100 años más tarde aparecieron en el mercado los colchones de goma espuma de poliuretano, grandes bloques de espuma que rellenaban las telas del colchón.
Hasta los años 60 no se implementaron los colchones de látex y en los años 70, los colchones de muelles se quedaron con todo el mercado.
Todos los colchones que vendemos hoy en día son de materiales muy recientes y han revolucionado el mercado. Pero antes, hemos tenido que recorrer una larga historia de descubrimientos, siempre orientada al descanso y bienestar de las personas.
